Proverbio 12:18 Hay gente cuyas palabras son puñaladas, pero la lengua de los sabios sana las heridas.
COMENTARIO BÍBLICO.
Cada uno recogerá lo que con su boca sembrare: el agradecimiento y la estima, quien dio sabios consejos; el desprecio y el castigo, quien empleó sus labios para hacer el mal a los demás.
El necio es orgulloso y, apenas siente herido su amor propio, incapaz de contener su ira, salta en imprecaciones contra quien le ofendió. Pero el sensato sabe dominar su indignación frente a la injuria recibida y comportarse como si no hubiere sido afrentado.
La lengua del impío es como una espada de dos filos, que no sabe pronunciar una palabra sin herir con una crítica, con un falso testimonio, mientras que la del sabio, deshaciendo con su palabra autorizada una murmuración, una calumnia, derrama bálsamo en el ánimo herido por aquéllas.
El hombre sabio, antes de hablar o dar testimonio, se informa bien y piensa lo que ha de decir y luego persevera firme en su palabra, sin temor a ser desmentido, porque encontró la verdad y ésta es estable y eterna.
El mentiroso sólo por un momento puede mantener su palabra, porque su mentira es presto descubierta, que “se coge antes a un mentiroso que a un rengo,” como dice nuestro refranero.
CONCLUSIÓN:
Las palabras, que son poderosos instrumentos, pueden hacer bien o mal, agradar o desagradar a Dios, en dependencia a la sabiduría y verdad que encierren.
Si esta enojado, tiene ira o se encuentra fastidiado por algo, calle y sino puede tápese la boca si sabe que va a herir. Siervo, amigo y líder que me lee y si no se aguanto y soltó la lengua COMO CUCHILLO O COMO ESPADA E HIZO DAÑO, entonces ARREPIÉNTASE Y no se le olvide ir a pedir perdón y disculparse ante Dios y ante la persona.
PARA TENER EN CUENTA:
Pro 18:21 La lengua tiene poder para dar vida y para quitarla; los que no paran de hablar sufren las consecuencias.
Pro 15:1 La respuesta amable calma el enojo; la respuesta grosera lo enciende más.
ORACIÓN:
Padre amado te pido que tu Santo Espíritu nos ayude a que cada día tengamos una palabra sabia, edificante y consoladora para todo persona que se ponga en nuestro camino. Que tu Santo Espíritu nos ayude a controlar nuestras emociones, sentimientos para que no hagamos cosas que destruyan nuestra vida y la de los demás. Te lo pido mi Cristo amado, amen.
Un abrazo lleno del calor y del amor de Dios para todos.
Dubis Saenz Cepeda
Sierva y amiga de Jesucristo
