jueves, 4 de julio de 2013

No murmuréis los unos de los otros

Juzgando al hermano 

Stg 4:11-12 

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.  Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? 


Nosotros como cristianos tenemos que testificar de Jesucristo, con todo lo que hacemos o decimos porque será condenado tanto aquel que no hace el bien, que sabe debe hacer, como el que hace el mal, que sabe que no debe hacer.

 Hay un mandato de nuestro Dios “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (1Pe_2:8), que implica siempre tener una actitud de amar a los demás a pesar de...…...

 Al igual que Pablo, que en su tiempo se preocupó por la condición de la iglesia de Corintios.  Hoy en día el Señor me ha puesto una carga para orar, predicar y escribir acerca de un flagelo que ha invadido la iglesia de nuestro Señor Jesucristo.


Este flagelo es peligroso porque daña, divide, censura y perjudica la integridad física, moral y espiritual del creyente.  Este flagelo fue uno de los primeros pecados cometidos en el desierto, después de la liberación de la esclavitud de Egipto, y es el pecado de la murmuración. 


2Co 12:20-21 

Porque temo que cuando vaya a verlos, quizá no los encuentre como quisiera, y que tampoco ustedes me encuentren a mí como ustedes quisieran. Temo que haya discordias, envidias, enojos, egoísmos, chismes, críticas, orgullos y desórdenes. 

Temo también que, en mi próxima visita, mi Dios me haga sentir vergüenza de ustedes, y que me haga llorar por muchos de ustedes que desde hace tiempo vienen pecando y no han dejado la impureza, la inmoralidad sexual y los vicios que practicaban. 

La persona que calumnia se hace superior a la ley porque se pone por encima de Dios, o lo que es peor asume el Rol de Juez, y el único Juez es nuestro Señor Jesucristo.

Cuando esté a punto de criticar a alguien, recuerde la ley de amor de Dios y diga algo bueno en cambio. Decir algo beneficioso a otros lo curará de su tendencia de hallar faltas en los demás y aumentará su capacidad de obedecer la ley de Dios.

 Hermanos, amigos, pastores y líderes salgamos a brillar e iluminar a este mundo, mostremos con orgullo la embajada más hermosa dada a un ser humano, testifique con hechos y palabra que usted es un  “Embajador de Cristo”.

  • No preste sus oídos para cosas que no le edifiquen, recuerde cuide sus oídos porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios. 
  • No preste su lengua para contaminar y dañar a otros, úsela para bendecir y para orar por otros.  
Vivamos de una manera diferente a los incrédulos, no permita que en su iglesia, su casa, su trabajo, su universidad, etc. se enseñoree el pecado de la murmuración.


Flp 2:14-15 

  Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 


Dubis Sáenz Cepeda. 
Pastora iglesia Templo Familiar Vida y Restauración.
Calle 65 No. 46-56

Sierva y amiga de nuestro Señor Jesucristo. 

Barranquilla, Colombia.